En Ciudad Huerto amamos los descampados. Son el refugio de la vegetación urbana más outsider, la flora espontánea que la jardinería tradicional intenta eliminar de la ciudad, que en estos lugares periféricos, alejados de las cuadrillas de segadores del Ayuntamiento, crecen en todo su esplendor, mostrándonos una paleta de biodiversidad que podría potenciarse si aplicásemos otros modelos de mantenimiento a las zonas verdes de nuestras calles y barrios.

Nosotros recorrimos en varias ocasiones este descampado que se asienta en los terrenos de la futura Operación Chamaríín, un potencial corredor ecológico y conexión natural con el monte del Pardo que si las actuales alegaciones de grupos ecologistas y plataformas vecinales no lo impiden, se convertirá en un macro centro de negocios

Pero hasta que lleguen las máquinas que cementarán este espacio de biodiversidad, un decampado permite otros usos impensables en las zonas verdes más normativas.

Un ejemplo es el circuito de bmx entre flora silvestre que unos adolescentes del barrio, con ayuda de una sola pala, comenzaron a construir a principios de febrero de 2020. En el centro de la imagen de la siguiente fotografia se aprecia el montículo que descubrimos en nuestra segunda visita en el mes de abril

En la tercera visita contemplamos el vuelo de una de las bmx.

https://www.youtube.com/watch?v=D6c6I8dY1_o